Noruega es un exportador neto de gas y petróleo y podría manejar la totalidad de su economía solo con hidroelectricidad. Sin embargo, elige generar energía con la fuente de energía más sucia. Quién se las arregló para llevar a los sabios noruegos a tomar una decisión tan poco inteligente?
GAIA, mayo 2013. Un artículo del New York Times del 29 de abril ilustra muy bien la ruina que significa para el planeta y para los ciudadanos el hecho de tener infraestructura mal planificada construida en lo que se considera un modelo de sociedad como Noruega.
Es desastroso para el planeta porque recursos que podrían ser reciclados –ahorrando energía con ello- están siendo quemados para recuperar una mínima parte de su energía gris (es decir, una mínima parte de la energía, insignificante en comparación a la energía que se ha necesitado en el proceso de producción del producto).