Publicado: 07 Octubre 2014
Por Silvana Melo
(APe).- El viernes murió Leila. Peladita como en la foto por la agresión química de la terapia. Invadida por la leucemia como por la maleza las hierbas buenas. Porque Leila era una hierba buena, tierna, débil como los gurises de Entre Ríos. Y fue atacada como si fuera maleza. Por la otra agresión química. Por los glifosatos, los endosulfanes, los 2,4-D, inteligentes y selectivos, que no hacen mella de los cultivos atravesados por la transgénesis pero sí emborrachan y matan pájaros, perros, flores y niños.