El Intendente de Puerto General San Martín Carlos Alberto De Grandis, que sigue buscando excusas dilatorias para no reunirse con los vecinos que denunciaron el exterminio que está produciendo la empresa Delta en el centro de la ciudad, y que solo atinó a dar instrucciones para que los concejales aprueben burocráticos pedidos de informes que nunca llegarán a nada, tiene muchas cosas en común con el supuesto dueño de la seudo empresa Delta.
Transgresión de la ley: Delta transgredió la ley al producir pigmentos en base a plomo contaminando a la población. Lo hizo gracias a un estado ausente que se lo permitió. De Grandis, cómplice por omisión del daño causado, también transgrede la ley al no cumplir la ordenanza 021/91 que prohíbe la circulación, tratamiento y almacenamiento de sustancias tóxicas y/o peligrosas dentro del ejido urbano, además de ser cómplice también, de las emanaciones ácidas a las cuales sometió y somete la empresa a la población.(plomo, ácido, etc, etc.)
Terrenos Estratégicos: Ambos, el supuesto dueño de Delta, y el Intendente, que adquirió importantes y estratégicos terrenos sitos en zona de plena hidrovía del Paraná, en remate poco conocido que se realizó en la ciudad de Buenos Aires. Remate prácticamente coincidente con la reapertura de Delta en 2003/2004, y que pertenecían a la anterior denominación social. Tierras de valor incalculable, sobre las cuales se torna cada día más fuerte el rumor de que serían vendidas a la Multinacional Bunge, y que se permitiría que la misma penetre más aún sobre la ciudad a costa de los vecinos y cerrando la última calle pública de acceso al Río.