jueves, 6 de junio de 2013

Argentina: Un freno al genocidio.

Comunicado de prensa de la Campaña “Paren de Fumigarnos”

 

¿Cómo hemos llegado a pensar que es natural que todo habitante de la pampa sojera y aun de sus grandes ciudades tenga al menos un pariente, amigo o conocido fallecido o afectado de una enfermedad oncológica?…. ¿O que recibamos con callada resignación la noticia del asma de nuestros hijos escuchando de boca del médico alergista que la enfermedad está directamente relacionada a la cercanía de zonas fumigadas con agroquímicos o polvo de plantas de acopio?… es una pregunta que responderá con más certeza un experto en comunicación, especializado en diseñar campañas publicitarias.

Cómo fue que empeoró de tal modo nuestra calidad de vida es bastante más simple de explicar si sabemos que desde el inicio de este ciclo de producción destructiva agraria, a mediados de la década e los ’90, hemos pasado de 30 millones a más de 300 millones de litros de agroquímicos por año sobre nuestras cabezas, a lo que habrá que sumar el constante “mejoramiento” de la capacidad de matar de los formulados comerciales, cada vez más concentrados, con más aditivos secretos, cada vez más letales, como proclaman sin pudor sus anunciantes.

¿Cómo fue posible que aquéllos supuestamente educados para manipular estos venenos no lo advirtieran?… puede explicarse repasando los planes de estudio y la proporción dedicada a la protección de la salud y el ambiente, en comparación con aquélla dirigida a los agronegocios y el incremento de la “producción” así como en las “generosas” donaciones de equipos y laboratorios a universidades y escuelas agrotécnicas de parte de empresas multinacionales como MONSANTO, cuyos propósitos filantrópicos son conocidos en todo el mundo, particularmente desde la guerra de Vietnam para acá.

Lo que quizás sea más difícil de explicar sea la indiferencia generalizada de aquéllos a quienes hemos escogido para protegernos, en muchos casos convalidadores silenciosos del evidente deterioro sanitario y medioamiental percibido hasta por el más desinformado habitante de los pueblos fumigados, en otros casos directamente confrontando con quienes solo intentan preservar la vida, la salud y las mínimas condiciones de supervivencia de nuestra especie.

En los últimos tres años hemos intentado sin éxito introducir iniciativas para el debate de estos temas en el Congreso santafesino, reclamando medidas mínimas e indispensables tan sólo para revertir aquélla. Una tras otra fueron ignoradas, ocultadas y en ocasiones confrontadas a proyectos en los que claramente aparece la asesoría del aceitado lobby empresarial-lucrativo y así, el permiso para enfermar aparece junto a expresiones como “buenas prácticas”, “responsabilidad” y “respeto al medio ambiente”. Los conocemos.

Hoy, sin embargo, queremos anunciar una buena noticia. Desde ámbitos de la Cámara de Diputados nos llegó el ofrecimiento de la disposición para dar forma legal a esos mínimos aunque indispensables paliativos por los cuales reclamaron con su firma cerca de 30 mil santafesinos el año 2012 y fue así que con el aporte y la firma del Diputado José María Tessa (MAP-NUEVO ENCUENTRO) se presentó este jueves 30 de mayo el Proyecto de Ley prohibiendo en toda la provincia las fumigaciones aéreas y restringiendo las terrestres a una distancia no menor a 800 metros de centros poblados y zonas sensibles y de 1000 metros de escuelas rurales, priorizando las áreas libres de agroquímicos para producción de alimento humano y de agricultura familiar e introduciendo regulaciones a la venta de agroquímicos, a la utilización en plantas de acopio, en banquinas y sobre el destino de los envases, entre otras iniciativas.

El proyecto fue acompañado en el mismo momento de su ingreso por la firma de los diputados Santiago Mascheroni (UCR-FSYP); Pablo Di Bert (ES-FPV); Oscar Urruty (PPS-FPV) y Gerardo Rico (ME-FPV).

Conscientes de la capacidad de “maniobra” de un ejército de operadores con gran poder económico, sabemos también que no hay fuerza capaz de oponerse a la decisión de un pueblo movilizado, por lo cual convocamos a todas y todos a difundir y acompañar esta iniciativa popular.

Nos va la vida y la salud en ello y no habrá dinero que compense.

Por el momento, los diputados de Santa Fe tienen la palabra.

Santa Fe, 2 de junio del 2013.- Campaña Paren de Fumigarnos.- Movimiento de los Pueblos Fumigados de Santa Fe.-

Para mayor información: Esteban Roglich – San Jorge – 3406456061 - María Victoria Dunda – Rosario – 3415114002 - Horacio Brignone – María Juana – 3406647930 Carlos A. Manessi – Santa Fe – 3426145532 Centro de Protección a la Naturaleza  Campaña “Paren de Fumigarnos!” Belgrano 3716 – CP 3000 – Santa Fe – tel. 0342 4531157 www.cepronat-santafe.com.ar - Imagen: redeco.com.ar

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Más pruebas científicas “El Glifosato no es inocuo”


En el marco de la investigación que llevan adelante Fernando Mañas y Delia Aiassa, profesionales de la Universidad Nac.de Río Cuarto (UNRC), también se han desarrollado trabajos de laboratorio que demuestran el daño genético ocasionado específicamente por el herbicida Glifosato, uno de los más utilizados actualmente en la provincia y el país.

Así, además de extraer sangre de las poblaciones expuestas a fumigaciones, los investigadores también tomaron sangre de donadores sanos, es decir, que no poseen ningún daño genético, y en laboratorio expusieron esas células a distintas concentraciones de Glifosato.

“Los valores que encontramos son también aumentados cuando están expuestos a distintas concentraciones. Es decir que el Glifosato no es inocuo para el material genético”, afirmó Aiassa al respecto. Y continuó: “Podemos decir que el Glifosato está causando un daño del material genético en células humanas porque lo hemos probado en distintas concentraciones, como así también su metabolito que es el Ampa”.

Además, señaló que existen muchos estudios en el país y el mundo que han comprobado esta situación. Incluso, a nivel local, el investigador Fernando Mañas ha hecho experimentos similares en células de médula ósea de ratones, encontrando nuevamente el daño ocasionado por los agroquímicos.

En base a estas evidencias, los especialistas cuestionaron la clasificación establecida por el Senasa para el Glifosato como un producto de escaso o nulo riesgo toxicológico.

“Las clasificaciones en realidad se basan en lo que es la toxicidad aguda y no están viendo lo que es la toxicidad crónica. O sea, que el producto tenga una banda verde no significa que no sea tóxico. Eso es lo que por ahí es difícil de visualizar por las personas que están en contacto con estas sustancias habitualmente”, aseguró la investigadora local y se refirió especialmente a los aplicadores de plaguicidas.

Por otro lado, los profesionales de la UNRC indicaron que los estudios hechos hasta ahora no permiten distinguir el efecto particular de otros agroquímicos, aunque están comenzando a avanzar en este tipo de investigaciones.

“Cipermetrina, Atrazina, Clorpirifos y Glifosato son los plaguicidas más utilizados en las zonas donde nosotros hemos trabajado.

Ahora estamos haciendo un trabajo en colaboración con la Universidad de Rosario en ratas expuestas al Clorpirifos”, relataron.

Puntal http://www.puntal.com.ar

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