Daño irreparable a la Población
La ciudad está rodeada de empresas de todo tipo; petroquímicas, químicas, agrícolas y agro-exportadoras con grandes silos y celdas de cereal que cubren el horizonte y tapan la vista al magnífico río Paraná. Sus muelles y grandes barcos se encargan de llevarse, en gran escala, las riquezas de nuestro país. Es evidente la mala ubicación y permanencia de algunas que se encuentran emplazadas muy cerca de la ciudad y en varios casos dentro de ésta. Pero resulta más elocuente el daño a la población causado por la contaminación de estas empresas: Hoy nos encontramos con un avance de las enfermedades que cada vez es más visible y otro avance de las empresas por ocupar territorio urbano sin ningún cuestionamiento por parte del gobierno, sea municipal o provincial.
En el año 2012, Vecinos Autoconvocados por la Vida denunció la contaminación que causaba la empresa de pigmentos American Colors y los daños a la salud que ésta provocaba. Luego de las inspecciones de la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia, que verificó la grave contaminación con metales pesados no sólo dentro del edificio de la fábrica sino en su entorno, que incluye la existencia de pozos con material tóxico que comprometen las napas de agua de la zona en un radio aún no determinado, la empresa fue clausurada por contaminar suelo, agua y aire con compuestos de plomo, cromo y antimonio (cancerígenos). En el mismo año y luego de la clausura, los vecinos exigieron la remediación del sector contaminado, para lo cual la Secretaría de Medio Ambiente autorizó a la firma a extraer y comercializar el material existente en los pozos, con la obligación de destinar el producto de la venta a dicha remedación, lo que aún no se ha realizado. Asimismo Vecinos Autoconvocados por la Vida solicitaron al gobierno municipal la expropiación de los terrenos para convertirlos luego de la remediación en espacio público y balcón al río Paraná, ya que la ciudad no tiene más acceso a éste. Esta solicitud fue acompañada por 600 firmas recolectadas en el “ex-espacio público” de prefectura, hoy entregado a una empresa privada, y el “Lugar Histórico Nacional Batalla Punta Quebracho” de nuestra localidad.
La remediación aún no fue efectuada, la contaminación acumulada por décadas permanece en el lugar y la solicitud de los vecinos ha sido ignorada y nunca contestada. Esto demuestra la falta de interés de las autoridades municipales y del Concejo en brindarle a la ciudadanía un espacio con llegada al río y la tranquilidad que ese lugar deje de ser contaminado, sacando la “industria sucia” del ejido urbano.
Ahora, por distintas fuentes, nos enteramos que los terrenos e instalaciones de la ex American Colors/Delta fueron comprados por Bunge, otra empresa que se encuentra dentro de la ciudad con inmensos silos y su lluvia constante de polvillo que respiramos todos los días. Esto fue comprobado mediante la instalación de aparatos para la toma continua de calidad de aire sobre el techo de la Municipalidad que se realizó por la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia en 2013 (año de menor exportación del agro), no obstante en ese año se demostró que varias veces el particulado suspendido en aire (contaminación) superó los niveles recomendados. Estos aparatos fueron retirados un año después y ahora reinstalados en un patio reducido y debajo de un árbol (como se ve en la foto a la derecha), es evidente que captará menos particulado y que su ubicación actual es para que no capte la totalidad de polución.
En la ciudad de Puerto Gral. San Martín no hay censos serios de salud, pero en lo cotidiano todos los vecinos vemos como día a día se incrementan los casos de enfermedades como asma, alergias, otras de tipo respiratorias, problemas dermatológicos, púrpura y el tan temido cáncer. Varios estudios relacionan estas enfermedades con la contaminación y la cercanía a este tipo de empresas, pero aquí se sigue permitiendo la instalación de las mismas en la cercanía de viviendas y dentro de la ciudad mediante ordenanzas de uso del suelo que demuestran una total despreocupación por las distancias mínimas conocidas por todos para la instalación y el funcionamiento de los silos de granos, conviertiendo a la zona residencial puertense en un gran parque industrial construido sobre la salud de los ciudadanos.
Es evidente que existe un plan asociado a la toma de la ciudad por la fuerza; primero permiten la instalación de empresas sobre la ciudad: una invasión feroz con inmensas construcciones y sin ningún control. Las personas oriundas del lugar resisten en el lugar con falsas promesas de bienestar económico pero a costa de su salud. Luego enferman e incluso mueren por la contaminación. La empresa gana y desplaza la ciudad ya que muchas personas venden sus viviendas desvalorizadas en busca de un lugar menos contaminado y otras... no estarán para contarlo. (Un ejemplo a apropósito es la única manzana de viviendas de lo que fuera el Barrio Cerana y las “negociaciones” de la empresa con los propietarios, jaqueados entre la contaminación y el encierro de interminables filas de camiones por un lado y el ferrocarril por el otro).
No estamos en contra del trabajo, sino que sabemos que habrán más puestos de trabajo con menos contaminación, porque la producción sustentable y menos contaminante requiere más mano de obra. Beneficio para muchos y no para unos pocos. Y también creemos que las industrias deben estar ubicadas en parques industriales alejados de la ciudad.
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