El “Premio Nobel Alternativo” afirmó que ponen en peligro la vida humana y el ambiente en Argentina y Paraguay. Condenó la intención de instalación y afirmó que la protesta puede llegar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
Martín Almada condenó la insta.
El defensor de los derechos humanos paraguayo Martín Almada condenó la intención del gobierno argentino de instalar un reactor nuclear de potencia que afectaría la región circundante al binacional Río Paraguay. En coincidencia con el segundo aniversario del desastre nuclear de Fukushima (Japón), advirtió sobre la peligrosidad de la energía nuclear y fomentaron el uso de fuentes alternativas. Podrían recurrir a organismos internacionales.
En apoyo al alerta lanzado por el biólogo Raúl Montenegro, el abogado y educador paraguayo Dr. Martín Almada sumó su voz de repudio a la posible instalación de un reactor nuclear Carem en el norte argentino. Por su férrea dedicación a la defensa de los Derechos Humanos, Almada fue galardonado en el año 2002 con el Right Livelihood Award (distinción conocida también como “Premio Nóbel Alternativo”) que se entrega anualmente en el parlamento sueco.
En coincidencia con el segundo aniversario del desastre nuclear de Fukushima (Japón), el titular de la ONG argentina Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), el Dr. Raúl Montenegro, presentó el pasado lunes los posibles lugares donde se construiría un reactor nuclear de potencia en el norte de ese país, precisamente en la provincia de Formosa. El anuncio fue realizado desde la ciudad de Formosa por Montenegro, reconocido ambientalista también galardonado con el Right Livelihood Award en el año 2004.
Los cinco lugares posibles elegidos por la Comisión Nacional de Energía Atómica (organismo gubernamental argentino) para la radicación de un Carem de 150 megavatios están contenidos en documentos oficiales que fueron mantenidos en secreto desde el año 2011 tanto por este organismo como por el gobierno formoseño de Gildo Insfrán. Los sitios probables de radicación son: Colonia Bouvier, Monte Lindo, La Emilia y Riacho Pilagá, escalonados al norte de la ciudad de Formosa, y Riacho Tohué al sur de la capital provincial. Todos se ubican junto al río Paraguay, límite divisorio entre Argentina y Paraguay. El primero de los lugares se encuentra a corta distancia de la ciudad de Asunción, capital de la República del Paraguay. Si el reactor se construyera en la quinta zona, en cambio, quedaría enfrentado a la ciudad de Pilar, capital del Departamento Ñeembucú, en la ribera oriental del río.
Tras reseñar las características de los sitios seleccionados, Montenegro indicó que si el Carem se instalara en uno de estos puntos y sufriera el peor accidente posible, podría contaminar un radio de 500 kilómetros alrededor del reactor y afectar la provisión de agua en las ciudades costeras de los ríos Paraguay, Paraná y De la Plata a lo largo de 1.200 kilómetros. Los lugares más expuestos serían –entre otros- Paraguay y las provincias argentinas de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos. “Ninguna de estas jurisdicciones ha sido consultada sobre el proyecto. Esto explica porqué la selección de lugares se mantuvo secreta”.
El anuncio despertó fuertes movilizaciones entre ciudadanos argentinos y paraguayos. Martín Almada afirmó que la protesta por este proyecto podría llegar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Organización De Estados Americanos), al Centro de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que vigila el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de los Estados Miembros, e incluso a la Corte Penal Internacional. “Nadie puede garantizar que no existan riesgos para la vida humana y el ambiente en Argentina y Paraguay”, afirmó Almada, quien propuso que en cambio se promueva el uso de energías alternativas, de gran potencial en la región.
Montenegro recalcó que el reactor Carem es experimental: “No hay ningún Carem construido ni en funcionamiento. A pesar de ello el gobierno de Argentina omite indicar que ésta y cualquier central nuclear de potencia pueden sufrir un accidente o evento nivel 7 en la escala del INES, esto es, el peor posible. Fukushima Dai-Ichi y Chernobyl son ejemplos dramático de accidente nivel 7″.
Desde Estocolmo (Suecia), Monika Griefahn, miembro del Consejo Directivo y Co-Presidente de la Fundación Right Livelihood Award (organización que distinguió las trayectorias de Almada y Montenegro), agregó que “por estas fechas en todo el mundo se están recordando y lamentando los riesgos inherentes a la energía nuclear. Por ello respaldamos y nos enorgullecemos de la acción conjunta de los galardonados con el ‘Premio Nóbel Alternativo’ para actuar ante estas graves amenazas a la humanidad”.
Fuente: Fundación Right Livelihood Award
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