La ciudad de Puerto Gral. San Martín, centro del mayor complejo portuario cerealero, ícono nacional de las agro-exportaciones, como ciudad no resulta ser un ejemplo, ya que su contaminación ambiental y mala distribución del uso del suelo atraen la mirada desde el extranjero a instituciones preocupadas por los daños a la salud y al medio ambiente.
En diciembre del año pasado llegó a nuestra localidad desde Alemania un equipo de documentalistas preocupados por la seguridad bioalimentaria del forraje que estaban consumiendo sus animales de granja. En su país alimentan los animales con soja y maíz transgénicos provenientes de nuestros campos y hay una gran preocupación al igual que en el resto de Europa porque empezaron a aparecer malformaciones congénitas a partir de que incorporaron los balanceados a base de soja y maíz transgénicos, fundamentalmente argentinos.
Puerto Gral. San Martín no es ajeno a esta problemática, ya que en esta localidad se encuentran los puertos encargados de embarcar la soja y maíz transgénicos hacia dicho país europeo y también sufre el impacto medioambiental y a la salud de su población que este sistema extractivista provoca. En la pequeña ciudad, gobernada por empresas como Cargill, Terminal 6, Bunge, Nidera, Toepfer, Mosaic, se ha destinado casi el 90% de su territorio a uso industrial y el 100% de las costas del río Paraná a puertos dedicados a exportar lo producido por este extractivismo. Esto provoca una gran polución sobre el éjido urbano a lo que hay que sumar la instalación de empresas cada vez más contaminantes en la zona industrial pegada a barrios de la pequeña ciudad.
Viendo esta problemática, el jueves 23 de abril de este año, se acercó a nuestra ciudad un grupo de estudio formado esencialmente por estudiantes universitarios de Estados Unidos. Al igual que los documentalistas Alemanes ellos recorrieron diferentes zonas del país preocupados por las luchas sociales contra este modelo de extrativismo y contaminación, que expone a la sociedad argentina afrontado luchas desiguales contra los gobiernos locales cooptados por las grandes empresas que manejan este modelo de producción.
En el recorrido vieron con sorpresa como grandes silos de cereal, tanques de combustible, chimeneas de incineradores y fábricas de glifosato y 2,4-D que están aquí al otro lado de la calle, casi como un vecino más del barrio. Su llegada se vió interrumpida por la gran confluencia de camiones, que cortaban los accesos desde autopista, y en todo momento destacaron la gran cantidad de olores desagradables que emanan desde estas empresas a la población. La organización Mundial de la Salud declaró al glifosato cancerígeno y en Puerto Gral. San Martín la empresa DOW Quimical lo produce y tiene sus campos de prueba a sólo 200 metros de barrio Esther de esta ciudad. Las empresas Bunge, Nidera y Toepfer instalaron sus plantas y puertos en zona urbana, ocupando calles públicas y sus silos se encuentran a sólo metros de las viviendas de los moradores mas antiguos de la ciudad. Ellos soportan el ruido, polvillo contaminado con agrotóxicos y los malos olores hasta que renuncian y son desplazados por las mismas empresas, que con ambición expancionista compran sus casas y la derrumban.
En ambos casos, los estadounidenses y los alemanes, se vieron acongojados por la situación de vulnerabilidad de los ciudadanos de la zona, expuestos a un cóctel tóxico y al crecimiento de las enfermedades respiratorias, cardíacas y cáncer de distintos tipos.
Vecinos Autoconcocados por la Vida
Puerto Gral. San Martín – Santa Fe – Argentina
vecinosautoconvocadosxlavida@gmail.com
Tel. 03476 15607532
Nota Relacionada
http://www.lacapital.com.ar/la-region/Documentalistas-alemanes-se-interesan-por-el-origen-de-sus-alimentos-20141207-0021.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario