miércoles, 10 de julio de 2013

CONSECUENCIAS DE LOS AGROQUIMICOS EN LA SALUD HUMANA

REVELADOR E IMPONENTE REPORTE GRAFICO SOBRE LAS CONSECUENCIAS DE LOS AGROQUIMICOS EN LA SALUD HUMANA EN EL NORTE ARGENTINO.

7 de Julio de 2013 a la(s) 22:12

La organización especialista en contenidos gráficos Reportage by Getty Images publico recientemente un reporte fotográfico del fotógrafo español Alvaro Ybarra Zavala con textos de la periodista argentina Silvina Heguy donde se documenta la problemática de los agroquímicos en la salud en el norte de la Argentina.

El trabajo se titula "Historias de una tierra herida. El impacto sobre la salud de los agroquímicos en Argentina". Durante casi 10 días Ybarra Zavala y Heguy convivieron con varias familias victimas de las aplicaciones descontroladas de los agroquímicos en el norte Argentino. Y a través de la recopilación de testimonios escalofriantes e imágenes desgarradoras dan cuenta de la gravedad de una situación insoslayable. 

Alvaro Ybarra Zavala es un fotógrafo reportero nacido en Bilbao en el año 1979, con una larga trayectoria de trabajo en zonas de conflicto. Además de trabajar en sus propios proyectos personales, ha trabajado para TIME, Newsweek, New York Times, Sunday Times magazine, Le Monde, Liberation, Vanity Fair, XLsemanal & ABC, L'Espresso, Stern, GEO, EPS, EIGHT, etc. Ha expuesto su trabajo internacionalmente en Inglaterra, Francia, China, Colombia, en las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra y en otras ciudades de EEUU y de España.

Comenzó su carrera en la fotografía mientras estaba en la universidad, con 19 años, centrándose en temas de conflicto social.Inicialmente trabajó como freelance. De 2005 a 2009 trabajó en la Agencia VU. Actualmente trabaja para Reportage by Getty Images.

Silvina Heguy,  nació en La Plata en el año 1970. Estudió Relaciones Internacionales y ejerce el periodismo desde 1993. Por su trabajo en la sección El Mundo de Clarín recibió el Premio Italia de Periodismo Joven 2005. Junto con Julio Rodríguez y Alejandra Dandan escribió el libro Los Juárez. Terror, corrupción y caudillos en la política argentina. En coautoría con Dandan publicó también Joe Baxter. Del nazismo a la extrema izquierda. Y con la reportera gráfica María Eugenia Cerutti, "132.000 volts. El caso Ezpeleta". En el 2007 Heguy recibió el premio Rey de España en la categoría Prensa Escrita, por una investigación sobre tráfico de bebés.

Gran parte del material de Historias de una tierra herida, sorpresiva y casi inesperadamente fue publicado en el Diario Clarín en Enero de 2013. Clarín no podía decirle no al informe presentado por la prestigiosa periodista Silvina Heguy. Pero busco la forma de limitar el alcance del informe publicándolo solamente en el Clarín zonal del Norte y no en la edición nacional. Ninguno de los medios del multimedios Clarín (radio Mitre, Canal 13, TN)  hicieron eco del revelador informe, menos el resto de los grandes medios nacionales que persisten en ignorar una realidad irrefutable. 

http://www.clarin.com/zona/Mal-uso-falta-control_0_842315859.html

El único medio internacional que hizo alusión al informe fue el diario español ABC.-

http://www.abc.es/internacional/20130120/abci-argentina-oculta-201301192358.html

 

En argentina dieron cuenta del informe la ONG ambientalista CEPRONAT de Santa Fe (Centro de Protección a la Naturaleza) http://www.cepronat-santafe.com.ar/ver_noticia/noti/230/ver_noticia.html y el portal digital de noticias del Grupo de Reflexión Rural "Para el Mundo" http://www.pararelmundo.com/noticias/historias-tierra-herida-ninos-contaminados/

A continuación transcribimos el reporte del cual recomendamos su lectura. Se puede leer en ingles en este link

http://www.reportagebygettyimages.com/features/stories-of-a-wounded-land/#

o bien descargarlo a través de este link

http://www.reportagebygettyimages.com/content/pdf/custom-pdf/13289.pdf

El reporte será agregado oportunamente como prueba documental en la causa judicial iniciada por el CELMA contra Monsanto Argentina SAIC en la justicia federal, en la cual se solicita la suspensión de la comercialización de sus semillas con la ultima modificación genética aprobada por el Estado Argentino.

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HISTORIAS DE UNA TIERRA HERIDA
El impacto sobre la salud de los agroquímicos en Argentina
Fotografías: Alvaro Ybarra Zavala
Texto: Silvina Heguy

Reportage by Getty Images

Las fumigaciones en los campos agrícolas de Argentina están siendo denunciados como la causa del creciente número de niños nacidos con malformaciones, como así también del aumento en el número de casos de cáncer en los vecinas poblaciones rurales. 

En los últimos diez años, la frontera agrícola se ha extendido prácticamente hasta las puertas de los hogares, y pueblos enteros están siendo expuestos a los agroquímicos, cuyos suministros se presentan como necesarios para el cultivo intensivo con el fin de producir altos rendimientos, aunque se utilizan sin el control del Estado. 

Estas son las historias de familias que sobreviven como pueden, bajo los efectos de lo que ellos llaman "Venenos".

Pedro Mores reside en las afueras del establecimiento urbano de Gancedo, localidad que se encuentra en la frontera de las provincias de Chaco y Santiago del Estero. 

"Los aviones constantemente sobrevuelan rociando las cosechas. Ellos sobrevuelan las casas. En la ciudad hay más casos como el de Gonzalo, y esto es una pequeña ciudad de solamente 7000 personas. El envenenamiento comenzó en los años 1990 y esto sigue aumentando. No sé con qué rocían. Solamente sé que tenemos los árboles frutales completamente secos y la fruta no crece más."

Un informe del Ministerio de la salud Nacional  de mayo de 2012, bajo el mando de la provincia Chaco, confirma las sospechas de Pedro More. En poblaciones expuestas a fumigaciones con productos agroquímicos, del aire o la tierra, hay 30 % más casos de cáncer en comparación con familias inspeccionadas en tierras donde no hay fumigaciones, donde el cáncer típicamente afectaría alrededor solamente el 5 % de la población. Las tasas de de nacimiento con malformaciones en áreas fumigadas son también más altas, y se han cuadruplicado durante los últimos diez años.

Las quejas contra el uso de fumigación agroquímica, que es fundamental para el actual modelo agrícola con el objeto de generar altas prestaciones, se pierden en el debate con las grandes corporaciones agrícolas.  Ellas niegan los efectos tóxicos de las fumigaciones que se aplican para matar a los parásitos, aunque las semillas genéticamente modificadas sean en gran parte resistentes a estos parásitos de todos modos. Las corporaciones niegan la toxicidad peligrosa de sus pesticidas, mientras al mismo tiempo solicitan 'el empleo responsable ' de lo que es familiarmente denominado “veneno”.

En este debate tenso hay una abundancia de argumentos y contraargumentos de cada lado, una falta de control por el Estado, así como una falta de estudios serios para determinar si hay o no relación directa entre la exposición a los productos agroquímicos y los problemas de salud. La visita a casas en las áreas afectadas revela vidas en sufrimiento. Esta es una tierra herida y su gente ha sido olvidada.

Argentina es una de los centros agrícolas del mundo. Después de los Estados Unidos y Brasil es el tercer productor líder mundial más grande de soja. Este año producirá 55 millones de toneladas. Para hacerlo, grupos locales ambientalistas estiman que 300 millones de litros de productos agroquímicos están siendo rociados sobre los campos de soja. Esto afecta a 12 millones de personas de la población total de Argentina de 40 millones, que están en contacto con este veneno en sus casas, escuelas, fuentes de agua, trabajos o lugares de recreación en sus vidas diarias.

Según críticos, el origen de este problema es la extensión de tierras agrícolas, que se ha estado acelerando durante los últimos diez años. Las consecuencias sobre la salud comenzaron a ser denunciadas públicamente alrededor de 2005 en provincias como Córdoba, Entre Ríos, Chaco, Santa Fe, Misiones y Buenos Aires.

La tierra usada para la agricultura se expandió, circundando ciudades y escuelas, apenas separadas por alambrados y caminos de tierra estrechos. Casos de pacientes críticos del interior del país comenzaron a llegar al Hospital de Niños Juan Garrahan en Buenos Aires. Según los padres de los niños afectados, los doctores dijeron que este tipo de patología era recurrente en sitios donde los productos agroquímicos eran usados. Sin embargo, en sus informes formales estas opiniones no fueron registradas y por lo tanto siempre hay ambigüedad desde el punto de vista oficial.

La oficina de Hugo Gómez Demaio está en el segundo piso del Hospital Provincial Quirúrgico de Niños en Posadas, la capital de provincia de Misiones en el noreste de Argentina. Se trata de un pequeño espacio que mira a un pequeño patio. Cuando uno llega a su oficina después de pasar por un espacio donde los doctores dejan sus trajes y guantes después de la cirugía, Demaio siempre da la bienvenida a sus visitantes con una bebida llamada mate, infusión típica de la región. Demaio es responsable del hospital, y en los diez últimos años ha notado un aumento en el número de pacientes con malformaciones. Primero, él comenzó a marcar el origen de los casos de mielomeningocela, un defecto de nacimiento en el cual la espina dorsal y el canal espinal no se cierran antes del nacimiento. La condición es un tipo de Espina Bífida. En la mayoría de los casos es irreversible.

"Vimos que la mayoría de casos fue concebida en áreas donde hay un empleo masivo de productos agroquímicos. Es cuando decidimos comenzar a estudiar el fenómeno. Lo que vimos era que aún en la población no expuesta, como en Posadas, hay al menos 15 productos agroquímicos que circulan en la sangre de la población local, cuyo efecto combinado no sabemos. Y añadió, "podemos saber cómo actúa el glifosato, pero no sabemos cómo actúa en la combinación con el herbicida 2.4D. Lo que realmente sabemos es que es uno de los componentes del Agente Naranja que Estados Unidos usó en Vietnam, y que hay más pacientes con defectos de nacimiento en este área. "

En Argentina, no hay ninguna ley nacional que regule herbicidas. Hay un estándar general que protege el entorno, y en la mayoría de las 24 provincias hay leyes locales que intentan legislar el empleo de herbicidas e insecticidas. En 2009, en respuesta a quejas reiteradas sobre sus peligros para la salud, el presidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner creó la Comisión Nacional para Investigar Productos agroquímicos. La comisión esta conformada por varias organizaciones de salud pública, y es conducida por el Ministerio de Salud. Después de una investigación la comisión denunció "un empleo inadecuado de productos fitosanitarios, en parte debido al incumplimiento por la legislación actual. "Según el gobierno, allí existe una falta de chequeos y controles. Para ese fin se creó el Programa Federal para Reforzar los Sistemas de Control Locales, cuya falta de resultados puede ser observada visitando las áreas afectadas. 

Nadia Leguizamón, 12, no ha sido capaz de andar durante dos años. "Ellos nunca me dijeron cual era el diagnóstico, ella siempre tenía problemas para caminar", explica Viviana Pérez mientras ayuda a su hija a sentarse en una silla de ruedas para ir de paseo. Ramón, el padre de Nadia, todavía trabaja en sus campos durante la semana, mientras su esposa intenta asegurar una cita con el traumatólogo. Su hija, explica, "se pone cada vez peor. ¿"Qué se puede hacer con la empresa encargada de la cosecha directamente aquí al lado de nosotros? " pregunta Ramón.

Según la Red de Salud Popular de Chaco Ramón Carrillo, "la falta de control del Estado en la ejecución de prácticas agroquímicas se extiende al hecho que después de que la población es afectada no hay ningún apoyo a ellos, al tratamiento y la mejora de su situación”. 

Según aquella misma organización, hay registros del empleo de herbicidas como glifosato y 2.4D, uno de los componentes del Agente Naranja. Su empleo aerotransportado en el área está prohibido, tal como su empleo terrestre entre marzo y agosto. "Sin embargo la gente reconoce que son usados en cocteles", protesta la organización. Además en el empleo se encuentra un compuesto de endosulfan, un insecticida prohibido en más de 50 países; metamidofos, otro insecticida que solamente ha sido prohibido en Brasil; clorpirifos, un insecticida prohibido para uso doméstico desde 2008 por la ANMAT en los Estados Unidos; y atrazina, un herbicida.

"No hay ningún sistema de control del Estado que garantiza saber qué está siendo aplicado, entonces esto genera más enfermedad, " explica la abogada de la Red de Salud Popular Alejandra Gómez. Esta protesta ha sido repetida en varias provincias de Argentina por grupos como la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, y Paren de Fumigarnos. "Hay médicos que nos advirtieron desde hace veinte años que el abuso de estos productos químicos traería consecuencias de salud horribles para las futuras generaciones, " dice Gómez. " Lamentablemente viajamos por el país y confirmamos estas advertencias. "

Las fumigaciones descontroladas han provocado que las poblaciones locales protesten vía otros canales. En La Leonesa y Las Palmas, a 70 kilómetros de la capital de provincia del Chaco, los habitantes fueron a los tribunales en una tentativa de parar las fumigaciones que envolvieron sus casas de los campos de arroz vecinos. El juez estuvo de acuerdo con sus quejas. En agosto pasado, el Departamento de Justicia de la provincia de Córdoba condenó, por primera vez, a un agricultor y a un fumigador por haber rociado veneno sobre la vecindad de Ituzaingó. Apelaron el juicio, y el Ministerio de Justicia no ha determinado si existe relación entre el empleo de productos agroquímicos y el aumento de enfermedades. Este caso podría cambiar la historia ambiental en América Latina, con respecto a las fumigaciones.

Pero en las ciudades de Córdoba, el daño está hecho. La contaminación agroquímica ha sido detectada en 114 de 142 niños examinados en un estudio oficial. En este caso dos productos agroquímicos fueron identificados, que también son usado en el Chaco y el resto del país: endosulfan y glifosato. El Endosulfan es el insecticida más usado en Argentina. En general, 5.5 millones de litros por año son usados para la producción de algodón, grano y soja, entre otras cosechas. Este insecticida ya ha sido prohibido en 74 países, y en junio de 2011 fue incluido en la Convención de Estocolmo sobre Agentes Contaminadores Orgánicos Persistentes. 

El glifosato es vendido bajo una docena de marcas comerciales. Los productores sojeros reconocen la utilización al menos diez litros de glifosato por hectárea. En la temporada del año 2011, la producción de la soja abarcó 19 millones de hectáreas.. En sólo un año, Los campos argentinos fueron pulverizados con 190 millones de litros de herbicidas.

Fabián, 6, no puede caminar. Su diagnóstico al nacer fue macrocefalia, y a pesar de la válvula que tiene en su cabeza para prevenirlo, no deja de crecer. Fabián es el segundo de los cinco niños que su madre Candi cría en una casa de madera sin vidrios en las ventanas. Los obturadores son útiles para aislar la luz y el calor de Misiones. 

Candi es el apodo para Cándida Rodríguez, 26, quien recuerda los primeros días de Fabián con desesperación. "Yo no tenía ninguna ayuda. Yo estaba sola, con hambre, con frío en el hospital. No entendí nada, quise correr y cuidar a mi bebé". Ella también dice que cuando ella estaba embarazada su marido trabajó en la plantación de tabaco. "El veneno era fuerte. Le ayudé. Algunos doctores le dicen que está relacionado, y otros dicen que no saben. No sé si fue el agroquímico, estoy en duda. Lo que sé, es lo que el humo o el olor del veneno lo enferma. No puede si quiera olerlo”.

La casa de Candi se encuentra en el kilómetro 1008 de la Ruta Nacional 14 que lleva a la frontera con Brasil. En menos de 8 kilómetros, hay 4 niños con problemas, en las pocas casas que hay a la vera del camino.

Algunos kilómetros mas adelante, viven los Kosinskis. Silvia y Juan son dos de los tres niños de Haydée y José. Ambos están en sillas de rueda. Antes, ellos habían vivido en el país, pero la vida allí era difícil. A veces, cuando llovía, tuvieron que sacarlos en un carro tirado por bueyes. Silvia tiene 24 años, y deseaba estudiar. Por eso, se mudaron cerca de la ruta. Finalmente, se graduó como secretaria. Hizo una pasantía en una planta de almacenaje agroquímica cerca de su casa, pero no quiso solicitar trabajo allí, después. Ella sospecha, y a veces piensa que la incapacidad para caminar está relacionada con haber estado expuesta a productos químicos. Solicitó un trabajo en Acción Social de San Vicente, pero le dijeron que si le daban el trabajo, perdería la pensión por invalidez que recibía. “Se nos dice que nos integremos con los demás, pero finalmente, ellos nunca se integran con nosotros”, se queja.

San Vicente, en el centro de provincia Misiones, es una de las puntas del triángulo de industria de tabaco, explica el Profesor Páez. Este es uno de los puntos donde la mayor parte de casos son registrados, y un pleito sigue adelante en los Tribunales de los Estados Unidos, conducido por dos estudios de abogados que no dejan hablar a las supuestas víctimas. El miedo trabaja como un elemento silenciador. Un contrato, firmado con los abogados, y que es solamente una serie de 17 artículos, implica que en caso que ellos ganen el reclamo, mantendrán el 45 % de los honorarios obtenidos, más otros desembolsos por la dirección del caso. El reclamo comenzó hace dos años. Las llamadas de los abogados y el miedo de hablar claro y perder la obra social son como una parte del castigo que nubla la atmósfera de esta ciudad, que es al parecer tranquila.

Los Texeiras viven en otra esquina del triángulo de producción de tabaco, en la Colonia Alicia Baja, en el noreste de Argentina, donde el Río de Uruguay hace una curva. De la casa de madera, hay una vista del río, y a las plantaciones de tabaco y de soja que han estado extendiéndose sobre los suelos rojos del área, donde había bosques, haciéndolo casi desaparecer. 

Rosana Texeira anduvo durante casi una hora a lo largo del camino de polvo estrecho que condujo a su casa. Hace algunos días, ella se había quedado sin crema para Lucas, y fue a pedirle al intendente comunal. Lucas es su hijo más pequeño. Tiene 1 año y 10 meses, y no puede ser expuesto a la luz del sol, menos de esta luz del sol, que se pone a 36 grados antes del mediodía. Lucas sufre de ichthyosis severa, lo que comúnmente llaman 'la dermatosis de caimán'. De hecho, él es un bebé gracioso, que le  gusta refrescarse en el agua que inunda la parte trasera de la casa, y que grita cuando le dicen que necesita un baño. La piel de Lucas sufre un proceso acelerado; se le producen rápidamente las escamas, la piel de las plantas de sus pies se rajan y se dañan aún más rápido, y sus párpados se llenan de costras dentro. Parece que Lucas llora sangre. Pero esta es una de sus peores crisis. Esta tarde él se sienta con el frasco de crema abierto y la extiende sobre su piel, en un juego que lo tranquiliza. Sentado en una silla plástica, bebe tereré, una infusión fría de yerba mate, una cosecha tradicional de la región. Tiene un nuevo pañal y come el arroz que Gabriel, uno de sus hermanos, le da.

"Los doctores dicen es un caso extraño. Un día, vinieron y nos dijeron que esto tuvo que ver con tantos productos agroquímicos presentes en el entorno. Pero nadie finalmente pudo confirmarlo. Dejé de cultivar el tabaco debido a tanto veneno, " dice Arnoldo Texeira, el padre de Lucas. Él sospecha que es el caso..

En La Leonesa y Las Palmas, después de 10 años de protestas, la administración local ordenó un estudio de los hospitales. En 2010, por primera vez la estadística oficial fue creada y confirmó las sospechas de la población local. Los casos de cáncer en niños se triplicaron, y los defectos de nacimiento aumentaron el 400 % justamente en una década. El informe habla "de múltiples causas " del cáncer, pero indica que " Este aumento en caso de los estudios coinciden con la extensión de la frontera agrícola … poniendo en peligro la salud de la población, debido a las prácticas agrícolas, incluyendo las áreas rociadas con herbicidas, cuyos agentes principales son glifosato y otros agrotóxicos. "

El estudio fue criticado por el centro de epidemiología del país; sin embargo nunca sometieron la explicación alternativa o a estudio. Tampoco realizaron lo que el comité había sugerido al gobierno nacional. En marzo de 2009, el comité visitó las diferentes regiones del país y recomendó realizar estudios epidemiológicos. Todas las recomendaciones parecen haber sido desatendidas, mientras la frontera supuesta agrícola continúa extendiéndose y ampliándose”. 

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