Las formas de incineración denominadas “gasificación”, “pirólisis”, “tratamiento por arco de plasma” y “valorización” emiten dioxinas y otros contaminantes nocivos aunque la industria incineradora afirme que son tecnologías ecológicas.
[GAIA].- Una gran cantidad de empresas que recién inician sus operaciones trabajan para instalar una nueva generación de incineradores “disfrazados” en diversas comunidades en todo el mundo. Se trata de incineradores a los que se llama “gasificación”, “pirólisis” y “tratamiento por arco de plasma” y que las empresas de residuos promueven como “seguros” y “ecológicos” para la salud de la comunidad y el ambiente. Actualmente, muchas empresas incineradoras afirman que pueden transformar de manera segura, económica y sustentable cualquier tipo de material como por ejemplo, desechos sólidos urbanos, neumáticos, residuos médicos, biomasa, combustibles derivados de residuos y residuos peligrosos, en energía y combustibles tales como etanol y biodiesel. Algunas empresas hasta se atreven a decir que sus tecnologías producen “cero emisiones” y son “libres de contaminación” y que en realidad, no se trata de incineración en absoluto. Sin embargo, todas estas tecnologías emiten dioxinas y otros contaminantes nocivos al aire, al suelo y al agua y tanto la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos como la Unión Europea las definen como tecnologías de incineración.
Las tecnologías de incineración como el arco de plasma, la pirólisis y la gasificación tienen algunos procesos diferentes si se las compara con los métodos convencionales de incineración por quema en masa. En la quema en masa convencional se realiza la combustión de los desechos en una sola cámara, mientras que con las nuevas tecnologías, en general, se calientan los desechos a altas temperaturas en una cámara con menos presencia de oxígeno, y luego se queman los gases en otra cámara separada conectada a una chimenea. Los principales impactos destructivos de todos los tipos de incineración son iguales independientemente de la tecnología utilizada.
Los incineradores afectan negativamente la salud pública, las economías locales, el clima y el ambiente. La corta experiencia que se tiene con las tecnologías de incineración por pirólisis, plasma y gasificación demuestra que éstas tienen costos más altos, menor confiabilidad y generación inconstante de energía. Además, hay datos que demuestran que estos sistemas generan dioxinas, furanos y otros tóxicos, y a veces hasta se forman más tóxicos que en incineradores convencionales de quema en masa.
Fuente: Basura Cero Bahía Blanca
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