El presidente de facto de la República del Paraguay, Federico Franco, manifestó que la localidad elegida para la instalación de la fábrica Rio Tinto Alcán deberá renovarse íntegramente "para dar paso a una ciudad prácticamente nueva". Expresó que aún no se ha determinado la ciudad en que se instalará la industria de aluminio.
Los graves problemas que esta empresa puede ocasionar no van solo atados a la contaminación del medio ambiente, ahora también cambiará la vida y costumbres de una sociedad entera por mero capricho de las empresas transnacionales y un gobierno ilegítimo.
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A la prensa internacional parece haberle pasado desapercibido que uno de los primeros países, luego de El Vaticanoi y Alemaniaii, que reconoció al nuevo gobierno instalado en Paraguay mediante un golpe parlamentario fue Canadáiii.